lunes, 16 de enero de 2017

La expectativa de un nuevo comienzo

El primer fin de semana



El sábado comenzó mi camino de cambio de hábitos alimenticios. Si pudiera resumirlo en una frase sería: Obsesión por la cocina. La verdad me la pasé pensando TODO el tiempo en qué recetas cocinar, qué comer pero sobretodo leyendo etiquetas; pues lo que aparentemente es saludable muchas veces esconde azúcar. Incluso me vi con una amiga en Crepes y quería pedir un batido saludable, que para mi sorpresa tenía sirope de limonaria!

En cuanto a los antojos, todavía no me atacan las ganas de comer azúcar. creo que la clave está en que he aumentado mi consumo de proteína y también que la semana pasada empecé a bajar considerablemente su consumo. Según el programa, los efectos de la dieta comienzan a sentirse en el segundo día con un fuerte agotamiento. La verdad hice caso omiso de esto pues al despertar me sentía llena de energía, sin embargo, al tratar de hacer mi rutina de ejercicios de cardio de alta intensidad, mi cuerpo respondió fuertemente; después de los primeros 15 minutos de ejercicio, me sentí mareada y con una fatiga tal que me costó continuar con mis actividades por el resto del día. 

De estos dos días aprendí varias cosas:

1. Hay que darle tiempo al cuerpo para adaptarse a los cambios y aceptarlo con amor.

2. Es importante incluir almidón en la dieta para hacer ejercicio de alta intensidad:Éste puede ser plátano, banano, camote o batata, o incluso yuca; ya que el cuerpo necesita de carbohidratos densos para la fuerte actividad.

3. La preparación es clave: Es importante tener en mente el menú que se va a cocinar con antelación y, en mi caso preparar comida de mas y guardar en la nevera. Así, cuando llega el cansancio, no habrán excusas para pecar. Fue muy importante empezar un fin de semana, pues me dio tiempo de organizarme y entender el programa sin presiones.

4. Comer sano no tiene por qué ser aburrido: He usado toda mi creatividad para recrear menús divertidos y deliciosos. La verdad he comido muy bien, tanto que no se siente como una dieta, sino como un estilo de vida, lo cual facilita muchísimo las cosas.

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Menús (Próximamente las recetas):

Día 1
Desayuno: 
Granadilla
Tortilla de huevo con espinaca, apio, cebolla y orégano
Jugo verde con Kale, hojas de apio, menta y 4 fresas

Almuerzo:
Salmón con especias
Vegetales asados (pimentón amarillo, pimentón rojo, repollitas y cebolla
Un banano

Cena:
Berenjenas rellenas con carne, cebolla, pimentón y tomate cherry


Día 2
Desayuno:
2 huevos duros
Media berenjena rellena (de las mismas del día anterior)
Té Rojo

Almuerzo:
Mezcla de mariscos con apio, champiñones, zanahoria, repollitas, habichuelas y albahaca

Cena:
Pechuga de pollo a la plancha
Ensalada de lechuga, tomate cherry y palmitos
Puré de camote y yacón


sábado, 14 de enero de 2017

¡La salud, mi gran propósito de año nuevo!




Durante los últimos dos años he estado inmersa en un camino de sanación física que me ha llevado a explorar todo tipo de terapias alternativas que van desde la acupuntura y las esencias florales hasta el reiki y el vortex healing. Si bien cada una de ellas ha aportado bienestar y crecimiento, también han traído una creciente curiosidad por entender sobre alimentación sana, y particularmente, este nuevo año he decidido apostárselo todo a transformar por completo mi cuerpo a través de la comida. 

Por esa razón he decidido iniciar un cambio definitivo a través de la dieta Paleo propuesta por el movimiento de Whole30 y usaré este blog, que ya venía bastante empolvado, para comprometerme públicamente y documentar mi camino en los próximos 30 días.  Durante las últimas 3 semanas he estado documentándome sobre este loco reto y estaré escribiendo sobre lo aprendido, mi dieta, las recetas que me acompañan (consultadas e inventadas) y por supuesto los cambios que se van dando en el camino.

El reto es el siguiente: durante los próximos 30 días, seguiré un plan de alimentación que busca revertir los procesos de inflamación silenciosa en mi cuerpo, y posteriormente tendré un periodo que puede variar entre 10 y 40 días de reintroducción de alimentos; todo con el fin de poder diseñar la dieta que llevará a mi cuerpo a una salud perfecta. Las reglas a seguir son:

NO LÁCTEOS (extrañaré el queso...)
NO AZÚCAR (ni siquiera endulzantes, ni panela ni miel, ni nada que se le parezca)
NO GRANOS (Adiós al arroz, la avena, la quinua, la soya, los fríjoles, lentejas, maíz y garbanzos; ni siquiera los que son integrales)
NO ALCOHOL (Ni siquiera para cocinar)

¿Entonces qué voy a comer? ese fue precisamente mi pensamiento cuando me enteré de este programa. Pero la verdad es que existen muchas opciones para jugar. Pues son bienvenidos todo tipo de proteína animal (Carne, pollo, pescado, pavo, mariscos, cerdo, etc), verduras y frutas. La clave está en ser creativo y combinarlos para que se conviertan en algo delicioso.

Otro aspecto importante a considerar es que éste programa busca, ante todo, crear una relación saludable con la comida; es decir, formar nuevos hábitos. Es por esto que se debe evitar modificar alimentos para que reemplacen el postre, los snacks de la tarde, o las atacadas de la nevera a media noche. Aunque no se prohíbe el café (eso sí, sin la crema y el azúcar). Además, se propone mantenerse lejos de la báscula durante los 30 días, pues aunque bajar de peso pueda ser un beneficio añadido, no debe ser el objetivo; el foco está en la salud.

En últimas, se trata de consentirme y darle todo el amor del mundo a mi cuerpo para que pueda recuperar la capacidad de autosanarse y mantener su bienestar. Confieso que estoy asustada por el reto, y por el síndrome de abstinencia que probablemente vendrá por dejar el azúcar y el pan. Pero tengo la meta clara y nada va a detenerme!

Una descripción más detallada del programa se encuentra en: http://whole30.com/downloads/official-whole30-program-rules-spanish.pdf